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Pilar Bellés Pitarch: Enseñar y aprender, un juego que no acaba nunca... un cuento... una ocasión.

COSQUILLAS

COSQUILLAS

Las cosquillas son un recurso infalible para hacer reír a nuestros pequeñines y pequeñinas. El problema es cuando ellos deciden vengarse  y a los mayores nos toca fingir que las tenemos cuando, en realidad,  ya hace tiempo que dejamos de sentirlas. Un cuento de cosquillas  siempre provoca risa y es un buen recurso para hacer un montón de trabajo después. Se puede también  representar en un teatro y hacer que los alumnos inventen muchos cuentos sobre cosquillas. Seguro que todos y todas tienen algo que contar.

La familia de conejos solía hacer la siesta todos los días al mediodía. El pequeño Conejito sólo dormía cinco minutos. Se despertaba y se aburría. Entonces se dedicaba a hacer cosquillas con su colita a su mamá, su papá y a sus hermanos mayores.

Con su colita piiiiiis, piiiiiis, piiiiiis.... les hacía cosquillitas a la nariz. Los demás lo apartaban.

-  ¡Quita! ¿Qué es ese olor tan raro? -  decían antes de darse la vuelta.

Conejito volvía a la carga con otra tanda de cosquillas.

-  ¡Ahhhhhhhhh! ¡Fuera!...

La sesión de cosquillas duraba media hora todos los días. Para Conejito eran los momentos más divertidos del día... pero los demás estaban un poco hartos y decidieron vengarse. Se escondieron un spray de  líquido picante a cada uno. Cuando Conejito se les acercó para tocarles las narices con la colita: pisssss, pissssss, pisssssss, pisssssss...

-  ¡ Ahhhhhhh! ¡Cómo me picaaaaaa! ¡Cómo me duele el culeteeeeeee!....

Conejito estuvo toda la tarde corriendo. Aquella tarde pudieron dormir una larga siesta.

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