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Pilar Bellés Pitarch: Enseñar y aprender, un juego que no acaba nunca... un cuento... una ocasión.

¡UNA SOLEMNE TONTERÍA!

El amor, el amor, el amor
¡ una solemne tontería!,
¡todo se acaba un día!
decía mi abuela;

Aguantar sana y en paz,
rodeada de salud y bienestar
todos los días de mi vida
¡eso sí que cuenta!,
decía mi abuela.

Salud, dinero, trabajo
y… amor ¡Vaya tontería!
comer todos los días,
aguantar lo que nos echen
¡eso sí que cuenta!,
decía mi abuela.

El amor por los hijos
¡toda una alegría!
pero los hijos se van
y te quedas muy sola,
decía mi abuela.

El amor por los padres,
firme e incondicional,
que lo dan todo por nosotros
y no se lo reconocemos
hasta que tenemos hijos,
¡más vale tarde que nunca!,
decía mi abuela.

El amor por los amigos
que nos acompañan
cada día en el camino,
nos hablan y escuchan
¡eso sí que cuenta!,
decía mi abuela.

¿Quién necesita enamorarse,
confiar ciegamente en alguien,
Ilusionarse, emocionarse, vibrar,
ser capaz de darlo todo
por un momento de pasión,
por sentir el calor de otra piel,
por ser uno entre un millón?
¿Qué tiene de especial?,

¡Eso duró tan poco
que ya no me acuerdo!,
decía mi abuela;
el cariño que repartimos
y nos procesamos día a día
¡eso es lo que cuenta!
¡que se dejen de más engaños!
Si no somos sensatos día a día,
actuamos con cariño,
nos ayudamos y respetamos,
el amor seguirá siendo eso
¡una solemne tontería!

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