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Pilar Bellés Pitarch: Enseñar y aprender, un juego que no acaba nunca... un cuento... una ocasión.

UN OSITO MUY RÁPIDO Y UNA TORTUGUITA MUY LENTA

UN OSITO MUY RÁPIDO Y UNA TORTUGUITA MUY LENTA

Cada niño o niña tiene un ritmo de trabajo: unos son muy rápidos; otros, lentos; otros, no acaban nunca.... no debemos impacientarnos... historias como la que sigue  contribuirán a que los rápidos ayuden a los lentos  y aprendan mientras lo hacen... todos y todas vamos a disfrutar en el proceso.

 

Un osito tenía un parque al lado de casa. Se le ocurrió ir a casa de la tortuga a invitarla a jugar un rato al parque.

La tortuguita tardó media hora en bajar las escaleras después de decirle  que sí. Otros diez minutos en  despedirse de su madre y salir a la calle... el oso,  que corría muy rápido y era muy ágil, empezaba a ponerse nervioso. Tuvo una idea. Mientras la tortuga acababa de despedirse de su madre y salir a la calle....

-              Un minuto, he encontrado una solución para llegar pronto al parque... – dijo el osito antes de salir corriendo.

Al cabo de un minuto, volvió con la silla de paseo que su mamá usaba de pequeño cuando él se cansaba. La  tortuga agradeció mucho el detalle y subió en seguida.

-              ¡Esto mola! – gritó la tortuga emocionada al verse corriendo sobre ruedas -. Directo al parque, marchando...

En el parque había otros pequeños  y pequeñas con los que jugaron toda la tarde. La tortuguita pudo subir a los columpios, al castillo, al tobogán.... gracias a la ayuda de sus compañeros y compañeras que se lo pasaron en grande ayudándola... jugaban a ser papás y mamás...

Quedaron para jugar al día siguiente, al otro... y muchos más... hasta que la tortuguita aprendió a hacer las cosas más rápido y no necesitó la ayuda. Cuando esto ocurrió, no le dieron importancia... ellos siguieron jugando y pasándolo bien juntos durante muchos años.

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