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Pilar Bellés Pitarch: Enseñar y aprender, un juego que no acaba nunca... un cuento... una ocasión.

UNA SERPIENTE MUY PILLINA

UNA SERPIENTE MUY PILLINA

Casi todos los niños y niñas pasan por la época de los dinosaurios. Los últimos cursos de infantil y los primeros cursos de primaria sienten fascinación por estos animales, su enorme tamaño y sus grandes dientes. Es el momento ideal para comenzar a inventarnos historias  sobre estos animales. Estoy segura de que las historias creadas con la colaboración de los niños, como la que sigue a continuación, tiene algo especial que la hace diferente de las creadas por adultos. Algo que se pierde con la edad y que a los adultos ya se nos había olvidado.

 

Había una vez un dimetrodon que era muy simpático y generoso. Cada mañana, después de tomar el sol un buen rato y hablar con todos sus vecinos, se acercaba al  agua y pescaba un pez para desayunar. Aquella mañana había una serpiente observándolo.

-  ¿Me das uno, Dimetro?, por favor.

-   Toma, pescaré otro.

Dimetro le lanzó el pez. Ella se lo zampó de un bocado. Seguía teniendo hambre...

-    ¿Podrías darme otro?, por favor, tengo mucha hambre...

-    Está bien, toma.

-    Quiero otro...

-    Se acabó. Ahora vas y lo pescas tú, guapa.

Como la serpiente no tenía ganas de pescar siguió dando vueltas por la orilla del mar buscando algún dinosaurio inocente que le proporcionase comida.  En eso que vio aparecer a un mosasaurio que acababa de comerse a un pez gigante. Era el momento adecuado.

-   Tengo hambre, Mosa. ¿Podrías darme un pez?

-   Vale, sólo uno. Pero no te acostumbres.

La serpiente se lo comió sin masticar. Seguía teniendo hambre...

-   Otro, por favor...

-   ¿Por qué no lo cazas tú, guapa?

Siguió dando vueltas la serpiente. Los peces no salían solos del agua y a ella le daba pereza entrar a cazarlos. De pronto vio a un tyrannosaurus que estaba devorando una ballena con sus dientes enormes. Ella se le acercó y le sonrió.

-   Me podrías dar un poco, por favor.

Tirano, que era muy fiero, la miró a los ojos, le sonrió, abrió su enorme boca y ...ñaaaaaaaam...

- ¡Comida! ¡Comida! ¡Mucha comida! ¡Bien!

A partir de historias como ésta, creadas con la colaboración de los alumnos y alumnas se pueden hacer actividades como un teatro y luego representarlo para otros grupos. Seguro que les pica el gusanillo de la creatividad y quieren ellos / ellas crear su propia historia también. La ilusión, la imaginación y la creatividad forman parte de nosotros y nosotras, especialmente de nuestros niños, basta con mover unos hilitos para que aparezcan. No tengas miedo ni pereza...tú puedes...verás lo bien que te sientes después.

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