¡QUE VIENE EL TIBURÓN!
¡Cuidado con las bromas! A cierta edad nuestros pequeños no separan bien la fantasía de la realidad. Pueden cambiar el sentido de nuestras palabras o relacionarlas con elementos de su fantasía... en fin, montarnos cada lío... como ocurre en este cuento.
Cada día, al llegar papá de trabajar i poner la llave a la puerta, mamá le decía al niño:
- ¡Que viene el tiburón!
El niño se escondía debajo de la mesa (se dicen escondites de la casa / clase).
- No, no... aquí no me pillará...
En eso que entraba el padre y ponía una voz terrorífica:
- ¿Quién hay aquí?
Cuando lo encontraba:
- ¡Papá!... No era el tiburón... ¡era papá!
Así todos los días. Unas veces, el niño se escondía detrás de la puerta; otras, dentro del armario; otras, dentro de la bañera; otras en el trastero...
Llegaron las vacaciones. La familia fue a un acuario a pasar el día. Se unieron a un grupo de gente que seguía a un guía que les explicaba sorprendentes detalles sobre las diferentes especies. Un tiburón se acercaba al cristal.
- Mira hijo, ¡que viene el tiburón! - dijo la mamá sin pensar.
- ¡Papaaaaaaaaa´! - gritó el niño dirigiéndose al tiburón.
Toda la gente se quedó mirando. Algunos contuvieron la risa. Otros no. La familia, discretamente salió del grupo y se fue a visitar el acuario por su cuenta.
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