XIUITA, DESDE EL CIELO
Todavía siento un beso
de tu pico en mi mejilla,
desayunando conmigo
tomando un pedacito de galleta
sentadita sobre mi hombro.
Todavía siento tu cabecita
en el respaldo del sofá
muy cerca de la mía
cuando despertaba de la siesta
me movía y tú volabas.
Todavía siento tus finas plumas
el día que te sentaste en mi regazo
y besé tu cabecita, tus alas y tu pico
tú te cansaste y te fuiste volando
hacia el teclado del portátil.
Todavía añoro tu bondad
siempre incondicional,
tu desobediencia
que nunca me importó,
tus trastadas, tus destrozos,
pero, sobre todo, tu gran corazón.
Llegó el gran pájaro negro
y se te llevó con él.
¿Dónde fuiste?
¿Qué te pasó?
¿Sentiste miedo?
¿Te dolió?
Llevamos un día buscándote
llevamos un día llorándote
y sólo encontramos un vacío
y preguntas sin respuesta
porque hoy has desaparecido,
de repente.
Tú siempre serás la Xiuita,
mi niña periquita bonita,
la que se ganó mi amor
cuando tuvo la oportunidad
aunque me niego a aceptar
que hoy te hayas ido.
Sabes, te fuiste al momento
dejando nuestro corazón
lleno de tu amor,
y te has quedado
en esta tu casa escondida
en no sé qué rincón
como a ti te gustaba.
Y en caso de no ser así,
si te fuiste por un desagüe
por accidente
y Dios sabe dónde estarás
tu alma buena y fiel
siempre estará aquí
junto a tu familia,
en cada rincón
de esta casa
en cada esquina
de nuestro corazón.
Sabes, te fuiste
en el momento justo,
nos dejaste descendencia
ese otro periquito
al que le enseñaste a amar,
que es un poco inexperto
pero lo va a intentar.
Y ahora: “Buenas noches Xiuita Preciosa”
como te decía cada noche junto a tu jaula,
desde el cielo tú levantarás las alitas
y responderàs “Xiu” y yo sonreiré.
No me estoy despidiendo
ya que siempre estarás en mi corazón
y sé que en este cielo inmenso
donde cabemos todos
seamos lo que seamos
nos estarás esperando
a los que somos una familia:
papá, mamá, hijo y Xiui.
Pilar Bellés
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